La novelista chilena Diamela Eltit, escritora de Lumpérica (1983) y Jamás el fuego nunca (2007), ha sido anunciada como ganadora del Premio FIL de Literatura 2021 otorgado por México, país al que le tiene un especial aprecio por acogerla durante la dictadura Pinochet.
En una reciente entrevista para El País, Eltit ha compartido su perspectiva sobre el feminismo en la actualidad y su objetivo para romper con la brecha de género y binarismo: “Sin discutir los aportes de los movimientos feministas, desde mi perspectiva el hecho de hablar de literatura de mujeres sigue manteniendo el binarismo. Si hay literatura de mujeres y hay literatura, ¿dónde está la literatura?” dijo.
Chile es el país que tuvo una de las feministas más dedicadas en la historia del sufragismo latinoamericano, siendo Elena Caffarena la promotora y figura principal para lograr el voto de las mujeres por primera vez en las elecciones municipales de 1934 y luego en las elecciones presidenciales en 1949.
La participación más reciente y destacada a nivel mundial de parte de Chile fue el 18 de noviembre de 2019 en Valparaíso por el colectivo feminista LASTESIS, quienes se manifestaron en contra de las violaciones a los derechos de las mujeres por parte de la fuerza pública y los encubrimientos y bajos esfuerzos por parte de la justicia chilena. Aquí nació el famoso cántico de Un violador en tu camino, popularmente conocido como ¡El violador eres tú!
Desde entonces, los colectivos y movimientos feministas tanto en manifestaciones, como en llamados en las redes sociales, se ha incrementado notablemente gracias a la digitalización y nuevas tendencias de empoderamiento de la mujer para su inclusión en áreas dominadas por hombres, como lo es en el caso de la literatura.
Con respecto a esto, Diamela Eltit pone en discusión una nueva visión que se tiende a tratar más por el lado de identidad de género, que como barrera para el rol de la mujer. Por lo que a esto la escritora indica que “hay que desbiologizar la letra”. Ya que precisamente la igualdad que busca el nuevo feminismo está dándole un nombre propio a la mujer para su reconocimiento, la literatura de mujeres hace que se excluya en una nueva categoría.
“El problema de lo binario es que un polo se pone inevitablemente sobre otro. Hombre-mujer, alto-bajo, blanco-negro. Siempre hay un polo superior y se amplía el gueto. Mi idea es que esos guetos, por muy amplios que sean, se rompan” explica la autora.