En esta emisión de Mujeres que Impactan, la conectora de marca Claudia Martínez nos cuenta cómo sus aprendizajes en el campo laboral le ayudaron a construir su marca personal sostenible
La determinación y la disposición a incursionar en algo nuevo son algunos ingredientes clave para un recorrido satisfactorio. Claudia Martínez conoce esto de primera mano, desde su trayectoria profesional ha enfrentado diversas dificultades que le han otorgado las enseñanzas esenciales para lograr su posición actual como conectora de marca.
Desde su infancia, incursionó en una serie de habilidades blandas que le ayudaron a desarrollar su creatividad, atributo que le ha permitido sobresalir en sus proyectos. Con determinación y, a pesar de los comentarios negativos, decidió estudiar diseño de interiores de forma profesional, carrera que se pagó al comenzar a trabajar en la misma área desde su primer semestre.
Esto le dejó una gran enseñanza de que, si se tiene la suficiente determinación, los sueños se pueden cumplir y el resto llega solo. La dedicación a realizar trabajos de calidad le ayudó a culminar una carrera en la que muchas personas no creían, pero ella sí. “No dejaba de creer en mí”, cuenta la conectora de marca, “de soñar, de creer en el futuro”.
Así mismo, con el paso del tiempo, su ingreso al campo laboral le trajo lecciones de vida que todavía, hoy en día, lleva consigo. Entendió que cometer errores es parte del aprendizaje y clave para el crecimiento tanto personal como profesional. En sí, cada fracaso significaba un nuevo camino.
Una clave para poder visualizar los fracasos como nuevas oportunidades es el de creer, indudablemente, en las habilidades propias. Entender que todo talento tiene una utilidad en una sociedad de engranaje capitalista es el primer paso para apropiarse de estas cualidades e incursionar en algo nuevo con ellas.
Esto hizo Claudia, al aventurarse en iniciar un negocio de moda con una única experiencia relacionada en diseño de interiores. Pero, al contar con habilidades innatas de gestión de personal y recursos, entre otras, pudo sacar adelante este negocio junto a su equipo de trabajo.
Suele suceder que, en esta sociedad que glorifica la academia y estudios formales, no se tienen en cuenta las habilidades que se aprenden empíricamente y en la práctica. Muchas personas se limitan a sí mismas por el hecho de no considerar que, por ejemplo, sus talentos de gestión humana adquiridos en ser gerente de una tienda o conocimientos en el manejo de ciertos programas, sean de valor en el mercado laboral.
Pero la realidad es que, en el mercado laboral no hay nada que no quepa y no tenga espacio para producir. Es solamente cuestión de ordenarse a sí mismo para saber ‘venderse’.
Para Claudia esto fue fundamental para poder construir su marca personal sostenible, pues el tener un plan estratégico facilita el viaje hacia la meta. “A veces no queremos ordenarnos”, explica la profesional, “o entender que dentro nuestro hay aspectos que deben ser pulidos para calibrarnos, mejorarnos, potenciarnos”.
De esta manera, identificar en lo que somos buenos es esencial a la hora de encontrar el camino al que debemos cometernos para potencializar por completo nuestras habilidades. Generar conexiones humanas, crecer y autodesarrollarse, es todo parte de este gran camino hacia la marca personal.