Partera, doula, facilitadora de parto, comadrona. Todos estos términos nos hablan de un ejercicio de obstetricia ancestral que define a una mujer sabia con habilidades específicas para atender las necesidades de mamá y su bebé en camino. Trata de un oficio enfocado a brindar un acompañamiento y preparación para la gestación, nacimiento, y cuidado posparto del bebé.
Pero no sólo es un apoyo en el momento del parto, también consiste en un antes y un después. Incluso, el acompañamiento puede ser desde antes que se dé un embarazo, pues los cuidados reproductivos también forman parte de esta labor.
Una partera está capacitada en salud, ha estudiado la fisiología del cuerpo femenino para brindar un acompañamiento acertado. Desde su práctica y conocimiento adquirido, comparte información sobre el cuidado preventivo, la lactancia, la recuperación corporal y los derechos y responsabilidades de los padres para con el bebé. Pues esto no es un fenómeno de un solo momento, este es un proceso que apenas comienza.
Es un trabajo que consiste en preparar a los padres y al bebé para iniciar este camino de vida por medio de ejercicios, masajes y una dieta equilibrada desde antes de que se dé el nacimiento. También es importante, más allá de la preparación física, una mental y emocional, como lo indica Layla Edward CFO. Co-fundadora de GRIT Academy , Directora del Centro de Rebirthing de Venezuela y Facilitadora de Parto, desde los tres meses de gestación en adelante, ambos padres deben “estar dispuestos a una educación psicoemocional, es decir, abrirse mental y emocionalmente, estar presente e involucrarse”.
Esta práctica se presenta como un hecho comunitario, pues la realidad es que el proceso de parto no es algo que le corresponde solamente a la mujer, es un ejercicio de todos los involucrados. Como bien dice el dicho, se requiere de una aldea para criar.
Como facilitadora de parto, Layla Edward promueve los partos naturales en casa pero también señala que se puede realizar un acompañamiento en la sala de hospital, todo depende de los deseos de “la parturienta”, como le denomina ella.
Para el caso de un parto en casa, es importante tener una sala de preparación, que es una especie de gimnasio suave con almohadas, balones de pilates, hamacas y una silla para partos. Pues la posición de cuclillas es la más natural posible y, como indica la facilitadora de partos, simplifica un acto natural que sucede a su propio tiempo y espacio.
También debe prepararse el ambiente al que llegará esta nueva criatura. Es acertado tener la habitación con luz tenue, música baja, olores suaves y, si se da un parto en agua, con una temperatura que oscila entre los 36 y 37 grados, para ser lo más similar posible al líquido amniótico.
La facilitadora de partos explica que esto es para reducir al máximo el nivel de estrés que pueda tener el bebé al nacer, ya que no es un proceso fácil. “Así como cuando uno llega a casa después de un largo viaje, el bebé también viene de hacer un viaje a través del espacio y el tiempo”, explica Edward, “viene de una cápsula de tiempo a un nuevo mundo”.
Así mismo, existen diversas técnicas para el parto en casa. Como bien se mencionó anteriormente, una de ellas es el parto en agua y la otra puede ser parto seco, ya sea acostada o en cuclillas. Para el último, es importante realizar ejercicios para fortalecer los muslos, ya que este tipo de parto implica estar mucho tiempo sobre los pies. Este podrá ser ayudado con la silla de partos, la hamaca o la pared en la espalda.
También existen alternativas a cómo proceder al finalizar el trabajo de parto, puede consistir en primero bañar al bebé para generarle calma tras el trabajo difícil de nacer, esto se hará sin intervenir en la boca del bebé, pues si se le da de chupar cualquier objeto antes que el pezón de mamá, puede que tarde más en pegarse a él. Además de que, cómo señala Edward, esta acción permite que el bebé limpie sus canales de fluidos de forma natural.
La segunda forma es que puede esperarse a que también nazca la placenta para entregarle el bebé a sus padres, y así aprenda a respirar con sus propios pulmones y en sinergía a su núcleo familiar. Esto da lugar a una respiración consciente desde las primeras instancias de vida.
Así mismo, existe el Parto de Loto, que es la práctica de dejar el cordón umbilical sin cortar, de forma que el bebé sigue nutriéndose hasta que este cordón se seque. Este contacto prolongado puede verse como un tiempo de transición, que permite al bebé distanciarse de su unión al cuerpo de la madre de forma suave y paulatina.
Esto puede ser muy diferente a la agilidad con la que se maneja este proceso en un hospital, que puede ser un ambiente un poco hostil tanto para mamá como para bebé. Pues, al ser un espacio médico, muchas veces suele tratarse a las madres como pacientes, cuando no es así. Esto termina poniendo a las madres en riesgo de ser inducidas a cirugías y procedimientos innecesarios, que también pueden ser de shock para el bebé.
“Piensan que la cesárea es lo más fácil”, señala Edward, “pero estamos en un exceso de cesáreas, aumenta el costo de salud y genera problemas para amamantar”. Pues la cesárea es un hecho imprevisto para el cuerpo y para el bebé, por lo que dificulta la producción instantánea de leche materna y, así mismo, la posibilidad del bebé limpiar sus canales de forma natural. Agrega, que existen casos donde es necesario este procedimiento porque se presentan urgencias médicas o situaciones que lo hacen necesario.
En esto está de acuerdo Patricia Colomine, neonatologa con 15 años de experiencia y asesora de lactancia, que habla acerca del “apego precoz”, que consiste en acercar al bebé a la madre inmediatamente después del parto, sin llevarlo a la limpieza usual que se realiza en los hospitales. Este método, que desarrolló junto a uno de sus compañeros de trabajo, demostró facilitar y acelerar la producción de leche materna dentro del mismo día, lo cual no suele suceder al hacerse una cesárea.
Tener partera, doula o facilitadora de partos es un fenómeno que está creciendo en popularidad, a pesar de que se había visto invisibilizado años atrás. Pues, muchas veces, se había visto como una práctica anticuada e incluso “menos” comparada con cuidados hospitalarios. Pero ahora, muchas personas gestantes consideran que es imprescindible tener este tipo de guías.
De hecho, se ha visto como una herramienta de prevención contra la violencia obstétrica que promueve una atención de parto respetuosa, centrada en las necesidades de las mujeres y evitando intervenciones excesivas e innecesarias. También se ha encontrado que se da una reducción de casos de rasgo perineal, de operaciones de cesárea y también del dolor durante el parto.
Esto también señala Colomine, desde su experiencia como médica, afirma que “los principios holísticos de las doulas con los principios médicos de la neonatología ha mejorado los resultados del parto”.
Esto puede deberse al acompañamiento emocional, el cuidado respetuoso y la comunicación efectiva que realizan las doulas, parteras y facilitadoras de parto, generan resultados positivos a la hora del nacimiento del bebé. Lo cual debería ser signo de la necesidad de integrar a los espacios hospitalarios este tipo de prácticas, ya que ha demostrado resultar en partos más llevaderos y cómodos.
Estos conocimientos han sido de gran utilidad para el campo médico, como bien lo ha experimentado Colomine, el integrar a doulas en su equipo ha ayudado en el control del parto como tal. Pues, en realidad, los partos son silenciosos cuando se llevan de forma calmada y con un estado emocional balanceado. Aquí es donde han entrado las doulas, que realizan este rol de acompañamiento para la madre.
También, como especialista en amamantar, ha contado con el apoyo de las doulas para mantener y motivar a las madres a amamantar. Pues considera que la leche materna es primordial para la nutrición del bebé. A pesar de que existan fórmulas, no hay comparación a una sustancia especialmente diseñada para las necesidades de la criatura.
“Me gusta que formen parte de mi equipo”, explica la neonatóloga, refiriéndose a las enfermeras que también se han capacitado como doulas, “son clave, y deberían incorporarse con mayor frecuencia en los equipos de salud”. Considera que es importante que se haga un campo para esta práctica desde la medicina, conversatorios que trabajen para la unión de conocimientos que, al fin y al cabo, son para el beneficio de la madre y el bebé.
Por esto, es importante que se otorgue en el ámbito médico un espacio de educación y fácil acceso a información alternativa sobre cómo se puede llevar a cabo un parto, que quienes quieran maternar y paternar tengan el acceso a aprender sobre sus opciones. Pues el mundo está cambiando y, muchas veces, volver a los conocimientos ancestrales puede ser el mejor paso hacia adelante.