La única manera de superar la censura es apoyando a los medios de comunicación independientes
Como una novela policíaca nuestra revista empezó con una llamada telefónica, la conversación tenía estas preguntas: ¿está muerta? ¿la violó? Decidimos no callar más y hacer público el racismo, el machismo y la exclusión. Desde ese momento nos convertimos en el altavoz de las voces excluidas.
Los comentarios más comunes que recibimos sobre nuestro contenido son narraciones que nos animan a continuar:
“Nunca olvidaré la historia del acoso laboral, también soy gay y me echaron por serlo. Gracias por darme el valor para denunciar. Después de leer esta columna comprendí cuáles eran mis derechos vulnerados”
Ana
“Hace unos meses me denunciaron por acoso sexual, no entendía por qué ser galante era acosador para las mujeres, una amiga me envío un artículo de su revista y ahí comprendí muchas cosas”
Agustín
Nos fortalece leerlos pero también nos preguntamos ¿Cómo hacemos para aportar mayor valor a nuestros lectores y poder impactar positivamente sus vidas?