Cuando Se Rapta la Razón y Se Secuestra el Corazón

March 15, 2022
Columna
por:
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Amine M'Siouri


“Cuando se rapta la razón

Se raptan pensamientos

Reflexiones y apotegmas

Cuando se secuestra el corazón

Se secuestran pulsaciones

momentos vitales y sonrisas

Cuando se rapta la razón y

Se secuestra el corazón…”


Sociedad secuestradora, donde se secuestran infantes, mujeres, hombres y mascotas; se secuestra la vida misma sólo para aniquilar la esperanza; con cada infame secuestro, se rapta la razón y se secuestra el corazón. Hasta parece, que, en ocasiones, se secuestra la capacidad de discernir y de asombrarse;  la necesidad de indignarse ante las injusticias; la solidaridad con las víctimas del conflicto armado; la empatía con los conflictos sociales; una sociedad cruel que nos quiere arrebatar lo que somos.


Dolorosa sociedad en la que se rapta la inocencia de los niños y niñas que terminan con un arma en campamentos de guerra; se raptan los cuerpos femeninos  para venderlos en el mercado de la explotación sexual; se rapta la pujanza de los hombres que son reducidos a la esclavitud; se rapta la dulzura de las mascotas como si fueran simples cosas que se pueden cambiar por unas cuantas monedas manchadas de crueldad.


Maldita sociedad donde se raptan líderes y lideresas, comunidades étnicas, vigías ambientales, periodistas críticos sociales, ex combatientes, personas trabajadoras, estudiantes, defensores y defensoras de la vida y  los territorios ancestrales. Indolente sociedad, donde se rapta la capacidad de decidir, pensar, amar, soñar, reír , cantar y respirar.


Cuando se rapta la razón y se secuestra el corazón, se rapta el aire, el sol, la lluvia, el día, la noche y la vida misma.  Las aterradoras caletas del secuestro, son prisiones que pretenden invisibilizar todo rastro de sus víctimas; allí, no hay espacio para moverse, ni ver la luz. Estos reducidos espacios no sólo son el reflejo de la crueldad del secuestro; sino también  el símbolo de lo que somos hoy como sociedad, un gran campo santo vigilado por asesinos a través de un orificio.


Sociedad de secuestradores que maquinan sus raptos:  identifican a su víctima, el móvil, el lugar y el precio. Maquinistas del secuestro que creen que  la vida es sólo un puñado de malditos centavos. ¡Estas personas sí que tienen secuestrada la razón y el corazón! Son confabuladores criminales que no aprecian la vida de nada, ni de nadie; se atreven a secuestrar niños y niñas, mujeres y animales inocentes; ellos, solo ven en cada ser vivo, un billete.


Desafortunada sociedad de raptos, ojalá, llegue un tiempo en que lo único que se rapte sea la guerra, la violencia, los discursos de odio, la discriminación, los prejuicios, la corrupción, el ensimismamiento y la alienación. ¡Que nunca se vuelva a raptar la razón y el corazón!


Cuando Se Rapta la Razón y Se Secuestra el Corazón

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March 8, 2022

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Amine M'Siouri


“Cuando se rapta la razón

Se raptan pensamientos

Reflexiones y apotegmas

Cuando se secuestra el corazón

Se secuestran pulsaciones

momentos vitales y sonrisas

Cuando se rapta la razón y

Se secuestra el corazón…”


Sociedad secuestradora, donde se secuestran infantes, mujeres, hombres y mascotas; se secuestra la vida misma sólo para aniquilar la esperanza; con cada infame secuestro, se rapta la razón y se secuestra el corazón. Hasta parece, que, en ocasiones, se secuestra la capacidad de discernir y de asombrarse;  la necesidad de indignarse ante las injusticias; la solidaridad con las víctimas del conflicto armado; la empatía con los conflictos sociales; una sociedad cruel que nos quiere arrebatar lo que somos.


Dolorosa sociedad en la que se rapta la inocencia de los niños y niñas que terminan con un arma en campamentos de guerra; se raptan los cuerpos femeninos  para venderlos en el mercado de la explotación sexual; se rapta la pujanza de los hombres que son reducidos a la esclavitud; se rapta la dulzura de las mascotas como si fueran simples cosas que se pueden cambiar por unas cuantas monedas manchadas de crueldad.


Maldita sociedad donde se raptan líderes y lideresas, comunidades étnicas, vigías ambientales, periodistas críticos sociales, ex combatientes, personas trabajadoras, estudiantes, defensores y defensoras de la vida y  los territorios ancestrales. Indolente sociedad, donde se rapta la capacidad de decidir, pensar, amar, soñar, reír , cantar y respirar.


Cuando se rapta la razón y se secuestra el corazón, se rapta el aire, el sol, la lluvia, el día, la noche y la vida misma.  Las aterradoras caletas del secuestro, son prisiones que pretenden invisibilizar todo rastro de sus víctimas; allí, no hay espacio para moverse, ni ver la luz. Estos reducidos espacios no sólo son el reflejo de la crueldad del secuestro; sino también  el símbolo de lo que somos hoy como sociedad, un gran campo santo vigilado por asesinos a través de un orificio.


Sociedad de secuestradores que maquinan sus raptos:  identifican a su víctima, el móvil, el lugar y el precio. Maquinistas del secuestro que creen que  la vida es sólo un puñado de malditos centavos. ¡Estas personas sí que tienen secuestrada la razón y el corazón! Son confabuladores criminales que no aprecian la vida de nada, ni de nadie; se atreven a secuestrar niños y niñas, mujeres y animales inocentes; ellos, solo ven en cada ser vivo, un billete.


Desafortunada sociedad de raptos, ojalá, llegue un tiempo en que lo único que se rapte sea la guerra, la violencia, los discursos de odio, la discriminación, los prejuicios, la corrupción, el ensimismamiento y la alienación. ¡Que nunca se vuelva a raptar la razón y el corazón!


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