El movimiento islámico aplicó restricciones que prohíban a las mujeres de Afganistán que viajen solas de forma nacional e internacional, incentivando un nuevo decreto en contra de la libertad de la mujer afgana. Estas medidas fueron ordenadas a las aerolíneas para que sean cumplidas a cabalidad, produciendo que los organismos femeninos en el país salgan a manifestarse.