Su nombre es Rana el Kaliouby, tiene 43 años y es originaria de Egipto. Es una científica en computación y cofundadora de la empresa Affectiva, que se especializa en desarrollar un software de inteligencia artificial que comprenda las emociones humanas a través del reconocimiento facial y sonoro para crear una experiencia digital que empatice.
Recientemente Kaliouby ha explorado el campo de aplicación de esta IA con emociones en el autismo con gafas que ayudan a los niños autistas a identificar expresiones faciales. Esta creación le permite a los niños saber cómo responder ante gestos, comunicándoles pistas no verbales que les sirvan de apoyo para identificar más allá de las sonrisas y ceños fruncidos.
“La misión es transformar cómo luce una máquina-humano, porque eso no solamente va a mejorar nuestras interacciones con la tecnología, sino también mejorará nuestras propias conexiones con los demás en el mundo” dice.
Kaliouby comenta, también, que Affectiva está trabajando en un modelo que incluya expresiones faciales y tono de voz, teniendo en cuenta la cultura y contexto, pues están probando crear una base de datos diversa que remueva información que permita sesgos, como lo son la edad, género y raza.