Con la pandemia, los hogares se vieron obligados a transformar su casa en oficinas y salones de clase, aptos para soportar jornadas de ocho horas. La cotidianidad como se conocía cambió radicalmente tras la imposición de las restricciones de movilidad encaminadas a prevenir la transmisión del Covid-19. En este escenario, las actividades que antes se realizaban de manera presencial pasaron a la virtualidad: reuniones de trabajo, clases en la universidad o el colegio, encuentros familiares; todo se vivió a través de una pantalla. Sin duda, lo anterior implicó una serie de transformaciones para la industria tecnológica y para nuestra relación con los dispositivos lo cual llevó a una aceleración de las tendencias. A continuación, explicamos las cinco principales:
- Contar con un dispositivo por persona
Antes de la pandemia, lo normal era contar con una sala de estudio en el hogar con un computador para quien necesitara realizar alguna tarea fuera de la oficina o del colegio. Sin embargo, una de las principales realidades que la coyuntura cambió fue la necesidad de contar con un dispositivo por persona —más allá del celular— ya que todos los miembros del hogar se vieron en la necesidad de estar conectados a la misma hora del día para atender sus responsabilidades. Es decir, quienes antes trabajaban presencialmente y han tenido que adaptarse a la virtualidad, ahora no pueden prescindir de un computador.
- Aumento de las configuraciones de los productos
Precisamente, para la industria tecnológica este nuevo panorama también implicó un notable aumento de las configuraciones de sus productos. El portátil que antes se utilizaba para funciones básicas, hoy en día cumple un rol fundamental en la productividad o en el entretenimiento. Con la pandemia necesitamos compartir contenidos, coordinar reuniones por videollamadas o realizar actividades. En definitiva, pasamos a necesitar mayor rendimiento y funcionalidades. Por lo tanto, hubo un incremento en la oferta de producto enfocado en cada tipo de usuario, como es el caso de los Procesadores Ryzen Serie 5000 desarrollados por AMD, que cuentan con una excelente eficiencia energética para una batería de larga duración, destinada a los usuarios exigentes y productivos.
- Crecimiento del segmento gamer
Debido al aumento de la demanda de entretenimiento en casa, como consecuencia de las cuarentenas estrictas, uno de los segmentos en los que aumentó la demanda de procesadores fue el gaming. Esto impulsó la demanda de Computadores de escritorio con configuraciones adecuadas, dándole un nuevo impulso a la categoría. Además, con la notable mejora de los procesadores móviles se vio un aumento en la venta de notebook gamers, convirtiéndose en una opción viable y práctica que continúa apalancando el robustecimiento de dicho segmento, al permitir simplificar las tareas cotidianas con la optimización de la batería, además de contar con una multitarea avanzada, fluida y sin interrupciones.
- La seguridad se volvió fundamental
Otro elemento que cobró relevancia fue la necesidad de reforzar la seguridad, pues muchas personas que solían trabajar en el entorno laboral comenzaron a hacerlo desde sus casas. Este manejo de información sensible a distancia impulsó un incremento de los ciberataques. Durante la pandemia, las empresas demandaron productos que ofrecieran mayor seguridad desde el hardware para una protección completa, lo que impulsó a moverse hacia plataformas con los procesadores de la familia Ryzen PRO Serie 4000 y 5000, y las familias EPYC para servidores, que cuentan con, una protección desde el mismo silicio para la construcción de infraestructura segura.
- Mayor infraestructura global (cloud computing)
Esta transformación digital, que impulsó la necesidad de contar con información, aplicaciones y programas, motivó una aceleración en la adopción del cloud computing. De acuerdo con el ‘Panorama de Tecnología 2021-2025’ del International Data Corporation (IDC), hacia finales del 2021, cerca del 75% de las grandes empresas de América Latina pondrán en marcha un mecanismo para cambiar a una infraestructura y aplicaciones centradas en la nube dos veces más rápido que antes de la pandemia. La disponibilidad completa y segura de contenidos y herramientas parece ser una tendencia sólida para los próximos años y las empresas ya empiezan a adaptarse a ella.
Sin duda, aún Latinoamérica es una región con muchos desafíos en cuanto a la adaptación de tecnologías para agilizar procesos y lograr que la tendencia de contar con un solo dispositivo por persona sea la norma en los hogares. No obstante, estos últimos dos años expusieron todo lo que la innovación puede lograr: cómo los negocios pueden seguir adelante gracias a la adopción de herramientas que faciliten sus operaciones y también cómo transformar la cotidianidad al punto que casi todas las actividades continúen sin interrupciones.
La próxima normalidad será el comienzo de una nueva economía en la que las compañías darán prioridad a reforzar la infraestructura de sus organizaciones y volverse cada vez más digitales. Como suele suceder en estos procesos, el hardware ya está preparado para impulsar la llamada Transformación Digital. Ahora es momento de que los programas y aplicaciones saquen el máximo provecho de estos nuevos niveles de rendimiento y que las actividades —laborales, educativas, lúdicas— incorporen estas herramientas completas de manera planificada.